miércoles, 29 de enero de 2014

MICRORELATOS




                                                           AUTO VIUDO LINCHADO.


     Está es la última imagen que le tomo el pintor a su esposa antes de asistir a un evento de arte contemporáneo. La fotografía después se convertiría en una pintura hiperrealista sin trascendencia a no ser por la historia :

“Gozaba con cada puñalada que clavaba en el cuerpo de su esposa” El pintor de gustos muy conservadores y de actitud egocéntrica y machista,  no fue capaz de entender que a su esposa le interesaban las instalaciones multimediáticas; el espectáculo se había apoderado de ella, la perseguía como un fantasma; ya no le divertía ver a los políticos dormidos en el congreso, ni las imágenes cadavéricas -mortuorias- que transmitían con suma frecuencia -excesiva frecuencia- las cadenas televisivas. Los spot publicitarios que marginaban la conciencia  y aparecían como mediatizadores entre la realidad y la utopía formaban ya parte de su agotamiento existencial. "El hombre busca lo nuevo" apuntó Baudelaire. Al parecer el pintor no soportó que su mujer perdida en el estupor observara como destazaban en un performace a un perro indefenso los artistas en turno. Por su parte, el pintor invadido por la ira, abrazo por detrás a la ahora occisa y, clavo el arma  -una oxidada navaja-varias veces en su vientre, aprovechando la oscuridad que reinaba en el recinto.

El escenario fue el Antiguo Templo de exTeresa en dónde se presentaba lo que se denomina ahora Arte Actual. El pintor que al parecer estaba drogado, fue arrastrado al escenario por parte de uno de los artistas que pudo descifrar la escena que vio entre la penumbra. Los artistas (disfrazados de simios) presentaban una acción que cuestionaba la condición humana y en un acto de justicia, perdidos en la catarsis los llamados perfonmanceros redondearon su acto con el pintor celoso de su profesión…. Al ver los jóvenes artistas que el pintor ya no daba signos de vida, se apartaron estupefactos del cuerpo que estaba envuelto en un charco de sangre junto con el perro en sacrificio….. Enseguida todo el público estremecido -histérico- se puso de pie y comenzó a aplaudir. Sólo se escuchaban por ahí algunas voces que repetían “¡Qué chingón, qué chingón! ¡Esto es arte!,,,, y continuaban los silbidos eufóricos coronando el evento.